Publicado el 04 de septiembre de 2013
Carmen, ex becada en CFCA Guatemala, recuerda las
luchas que pasó para alcanzar su sueño de graduarse del diversificado. Ella
comenzó su propio negocio en la escuela para proporcionar un ingreso extra para
su familia.
Mi nombre es
Carmen.
Tengo 18 años y
tengo siete hermanos.
Este año me
gradué del diversificado como Secretaria bilingüe. Fue un gran logro para mí y
mi familia.
CFCA me dio una beca cuando estaba en segundo básico. Tenía 13 años y asistía
una escuela pública en mi pueblo de Chipiacul, Guatemala.
Puedo decir
honestamente que la beca hizo toda la diferencia para mí porque mis padres no
podían pagar mis gastos escolares.
Agradezco a CFCA
por esta gran experiencia. Yo tuve la oportunidad de interactuar con otros
becados y niños apadrinados.
Tuve la
oportunidad de ayudar a los niños más pequeños que estaban teniendo problemas
con su clase de matemáticas.
Nos hicimos
buenos amigos, y jugamos y reímos juntos.
En tercero básico,
la beca ayudó a pagar mi mensualidad y clase de computación.
CFCA me dio otra
oportunidad cuando me ayudaron a empezar mi propio negocio pequeño criando
pollos.
Fue genial porque
yo era capaz de obtener un ingreso extra.
Vendí la carne y
los huevos, y con las ganancias pude pagar mis gastos de transporte a la
escuela.
Entré en el
diversificado en 2009, tuve que dejar mi pueblo para estudiar en una ciudad más
grande, y una vez más, mi beca fue vital para pagar los gastos de vivienda.
Volvía a casa los
fines de semana y mi negocio de pollos seguía prosperando.
Gracias a Dios
porque ahora me he graduado del diversificado.
El programa de
becas de CFCA lo hizo posible.
Como becarios,
CFCA nos educó en temas como el SIDA, enfermedades de transmisión sexual,
embarazos, autoestima, liderazgo, respeto, solidaridad y honestidad para
mencionar unos pocos.
También hemos
aprendido sobre el reciclaje, hicimos un sofá con botellas de plástico
recicladas.
Como becada en
CFCA, Carmen aprendió la importancia del reciclaje. Los becados de CFCA
hicieron esta sala de de botellas de plástico recicladas.
Aprendimos cómo
hacer donuts, jaleas, aretes, collares y cómo cultivar frutas y verduras.
Fui becada
durante cinco años y todo lo que puedo decir es gracias; Gracias por haberme
ayudado a alcanzar este sueño.
Agradezco a Dios
y a mis padres por todo su amor, que Dios bendiga a todos nosotros.
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