Sueños
alrededor del mundo
Bradly, un niño apadrinado en CFCA Guatemala, sueña con ser en un constructor.
Por Paul Pearce, director de estrategia global de
CFCA
El otro día
estaba hablando con Ramiro Zelada, un compañero de trabajo nacido en Guatemala,
sobre la palabra "sueño".
Me dijo que en
Guatemala, los que viven en la pobreza piensan que los sueños son algo que
nunca se hará realidad.
Y en los casos de
personas que tratan de sobrevivir día a día, los sueños pueden ser un
recordatorio de un horizonte que es inalcanzable.
"Soñar",
dijo Ramiro, "es un lujo que no podemos tener".
Como sociedad,
¿cómo hemos llegado a un punto donde el hermoso concepto de tener un sueño es
terreno peligroso?
El núcleo de
nuestro programa CFCA en el campo, es ayudar a personas a pronunciar un
objetivo por sí mismos y alcanzarlo. Nos esforzamos por ser un socio confiable
y honorable para apoyarlos en la construcción de los pasos necesarios para
avanzar hacia su meta y alcanzar sus sueños.
Es el papel del
patrocinador y nuestro personal de proyecto, el ser un recordatorio fiel y
constante que los amigos apadrinados no están solos en sus sueños.
En Filipinas,
Isabel, la abuela de un niño apadrinado, quería reparar su techo con goteras
para que su nieto, Martin, pudiera dormir por las noches lluviosas y estar
alerta en la escuela.
Buenaventura, una
amiga de edad avanzada patrocinada en la República Dominicana, quería aprender
a leer y escribir, para poder aconsejar a señoritas en su vecindario peligroso.
Vanessa soñaba
con ser trabajadora social en su ciudad
natal, Cartagena, Colombia.
Sueños y metas
como estas viven en los corazones y las mentes de nuestros amigos patrocinados
y sus familias.
Después de tres
décadas de trabajo alrededor del mundo, llamamos a nuestro programa de
apadrinamiento "Esperanza para una familia".
Al decir "esperanza"
no nos referimos a un deseo inalcanzable.
Nos referimos a
una visión práctica del futuro y un plan práctico para hacer progresos
significativos hacia el logro de esa visión.
Con la fidelidad
de los padrinos, pedimos a los apadrinados a atreverse a imaginar y expresar
sus esperanzas.
Nuestros amigos
apadrinados tienen ideas; tienen intereses únicos y talentos; tienen metas e
iniciativas.
Nuestro trabajo
es respaldarlas.
La ayuda directa,
personal que ofrecemos a un individuo y su familia les da la oportunidad de
superar los obstáculos creados por la pobreza.
Les da espacio,
dentro de los más estrechos de los presupuestos familiares, a tomar decisiones
sobre su futuro.
Cuando animamos a
otros a "levantarse y soñar" con nosotros, nos estamos esforzando para
despertar un espíritu de posibilidades.
Paul Pearce
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