martes, 6 de agosto de 2013



Sueños alrededor del mundo

02 de agosto de 2013






Bradly, un  niño apadrinado en CFCA Guatemala, sueña con ser en un constructor.

Por Paul Pearce, director de estrategia global de CFCA
El otro día estaba hablando con Ramiro Zelada, un compañero de trabajo nacido en Guatemala, sobre la palabra "sueño".

Me dijo que en Guatemala, los que viven en la pobreza piensan que los sueños son algo que nunca se hará realidad.

Y en los casos de personas que tratan de sobrevivir día a día, los sueños pueden ser un recordatorio de un horizonte que es inalcanzable.

"Soñar", dijo Ramiro, "es un lujo que no podemos tener".

Como sociedad, ¿cómo hemos llegado a un punto donde el hermoso concepto de tener un sueño es terreno peligroso?

El núcleo de nuestro programa CFCA en el campo, es ayudar a personas a pronunciar un objetivo por sí mismos y alcanzarlo. Nos esforzamos por ser un socio confiable y honorable para apoyarlos en la construcción de los pasos necesarios para avanzar hacia su meta y alcanzar sus sueños.

Es el papel del patrocinador y nuestro personal de proyecto, el ser un recordatorio fiel y constante que los amigos apadrinados no están solos en sus sueños.

En Filipinas, Isabel, la abuela de un niño apadrinado, quería reparar su techo con goteras para que su nieto, Martin, pudiera dormir por las noches lluviosas y estar alerta en la escuela.

Buenaventura, una amiga de edad avanzada patrocinada en la República Dominicana, quería aprender a leer y escribir, para poder aconsejar a señoritas en su vecindario peligroso.

Vanessa soñaba con ser  trabajadora social en su ciudad natal, Cartagena, Colombia.

Sueños y metas como estas viven en los corazones y las mentes de nuestros amigos patrocinados y sus familias.

Después de tres décadas de trabajo alrededor del mundo, llamamos a nuestro programa de apadrinamiento "Esperanza para una familia".

Al decir "esperanza" no nos referimos a un deseo inalcanzable.

Nos referimos a una visión práctica del futuro y un plan práctico para hacer progresos significativos hacia el logro de esa visión.

Con la fidelidad de los padrinos, pedimos a los apadrinados a atreverse a imaginar y expresar sus esperanzas.

Nuestros amigos apadrinados tienen ideas; tienen intereses únicos y talentos; tienen metas e iniciativas.
Nuestro trabajo es respaldarlas.

La ayuda directa, personal que ofrecemos a un individuo y su familia les da la oportunidad de superar los obstáculos creados por la pobreza.

Les da espacio, dentro de los más estrechos de los presupuestos familiares, a tomar decisiones sobre su futuro.

Cuando animamos a otros a "levantarse y soñar" con nosotros, nos estamos esforzando para despertar un espíritu de posibilidades.




Paul Pearce

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